¡Atención! Este espacio es experimental, un taller de escritura. Aquí publico reflexiones, pensamientos, reseñas y demás.
Espero que leerlo le incite a formarse una opinión, antojarse de un libro o simplemente le haga pasar un momento agradable.

lunes, 15 de diciembre de 2014

La crisis de las instituciones culturales y la del Departamento del Valle

El problema presupuestal de las instituciones culturales del Valle del Cauca responde a una deteriorada capacidad económica de la Gobernación, empobrecida y endeudada. Aunque el departamento es uno de los más ricos del país, su presupuesto no se compadece con las necesidades de inversión para el desarrollo regional. Radiografía de una mala hora.

En lo que va corrido del año mucho se ha escuchado sobre las dificultades económicas que están pasando las instituciones culturales y educativas dependientes de la Gobernación del Valle. Hace seis meses, en junio, los trabajadores de la Biblioteca Departamental hicieron un paro y bloquearon parcialmente la Calle 5ta para llamar la atención por la falta de recursos y las demoras en las transferencias de dinero que debe hacer la Gobernación. Incolballet e Inciva, también dependientes de dineros del departamento, prendieron alertas en ese momento por proyecciones de no poder llegar operando a fin de año. Para empeorar la situación, desde noviembre los trabajadores y estudiantes de Bellas Artes se vieron forzados a encarar un proceso de toma de la institución y protestas por razones similares.

La Gobernación del Valle del Cauca está en crisis pero, como dijo el gobernador Ubeimar Delgado, el departamento es uno de los más ricos del país. Para el 2013, el Valle produjo el 9.3% del PIB nacional, es decir, 65.9 billones de pesos de los 707 billones de Colombia. Por su parte, Santander correspondió con el 7.4%, Boyacá con 2.7%, Cundinamarca, 5%, y Antioquia con el 13.1%, por hacer una somera comparación1. En términos de presupuesto en relación con el PBI el Valle está muy detrás de otras regiones. Por ejemplo, mientras el PBI de Antioquia es 40% mayor, el presupuesto de su Gobernación es 146% más alto; el PBI de Cundinamarca es 47% menos pero su presupuesto es 55% mayor. Santander presenta un escenario más desfavorable siendo que su PBI es 21% menor y su presupuesto es 27% menos que el de la Gobernación del Valle.


La comparación con el presupuesto del Gobierno Central (GC) tampoco es alentadora, ni en términos relativos ni en su evolución en el tiempo. El GC tiene un presupuesto de 199.9 billones, es decir, el 28% de los 707.17 billones del PBI de la Nación2. El mismo guarismo indica que el presupuesto del Valle alcanza sólo el 2.183% del PBI departamental. Por otra parte, como puede observarse en el Gráfico 1, la tendencia de mediano plazo para las finanzas del departamento señala un escenario de contracción de la capacidad de gasto al tiempo que la capacidad del GC se fortaleció.
Si bien en pesos corrientes el presupuesto del Valle es mayor que hace 5 años, en términos de capacidad de compra el departamento está pudiendo hacer menos inversión que en el año 2009 por el efecto inflacionario. Según el Índice de Precios al Consumidor del Banco de la República3, entre enero de 2009 y diciembre de 2013 los precios de la economía aumentaron aproximadamente 13%. Durante el mismo período, el presupuesto del departamento decreció en 11.8%, y para el período 2009 –2014 aumentó sólo un 4%.
Esto se tradujo en una rebaja de los gastos que son más susceptibles de verse recortados, como los de las instituciones culturales. Lastimosamente, una situación fiscal azarosa representada por la entrada del Departamento en la Ley 550 en 2012 para reestructurarse y cumplir con las obligaciones de pago prácticamente congeló sus ingresos. Las acreencias del departamento sumaban 443 mil millones a mayo del 2012, de las cuales el 48% correspondían al pasivo pensional y 147 mil millones a deuda pública4. Como lo muestra el Gráfico 2, la partida presupuestaria para Bellas Artes y para la Biblioteca Departamental disminuyó sensiblemente en los gastos del 2014. De ahí la encrucijada de estas instituciones que lleva a la afectación del normal servicio tanto para usuarios como para los estudiantes.

Las malas administraciones departamentales producto de incapacidad gerencial e intereses contrarios al bien común –recuérdese, por ejemplo, el irresponsable intento en 2008 del exgobernador Juan Carlos Abadía y la Asamblea de comprometer más de medio billón de pesos de vigencias futuras– le están pasando factura a la ciudadanía. Una Gobernación sin dinero es una institución incapaz de dirigir los destinos económicos, sociales o culturales de los vallecaucanos; es, en definitiva, un palo en la rueda para el desarrollo regional justo en un escenario en que el departamento necesitaría enfilar sus políticas a hacerse más competitivo vía formación de capacidades e infraestructuras de modo que aproveche la gran ventaja de estar ubicado en el Océano Pacífico, el mar del siglo XXI.
La crisis de Bellas Artes, con sus pocos 7 mil millones de pesos de presupuesto, es la instantánea de un gobierno departamental atado de pies y manos, sin dinero suficiente para subsanarla, que necesita de sus ciudadanos para recomponerse. Tabaré Vásquez, el recién elegido presidente del Uruguay, pidió a los uruguayos en su discurso de victoria electoral el 30 de noviembre “quiero contar con todos ustedes, no para que me sigan, sino para que me guíen”. Los vallecaucanos debemos hacer lo propio: votar, participar, cuestionar y proponer. Hemos estado alejados demasiado tiempo de quienes nos dirigen. Las próximas elecciones locales y regionales serán clave para corregir o continuar el descalabro financiero.

Referencias:
1Información obtenida de los diarios El Colombiano, Vanguardia Liberal y El Tiempo.
2Información obtenida de: http://www.minhacienda.gov.co/HomeMinhacienda el día 7 de diciembre de 2014.
3Fuente:http://www.banrep.gov.co/es/ipc

4Rendición de Cuentas departamentales: http://www.valledelcauca.gov.co/loader.php?lServicio=Rendicion&lFuncion=rendicion&id=44

sábado, 18 de octubre de 2014

El parque del río Pance no es poca cosa

El pasado 16 de septiembre la Gobernación del Valle entregó en comodato el Parque de la Salud en la rivera del río Pance1. Este afluente y su cuenca son la joya natural del área metropolitana de Santiago de Cali, refugio de vida silvestre, aguas refrescantes y destino tradicional de esparcimiento popular. Es un lugar inmortalizado en canciones pero, sobre todo, en las miles de memorias que los caleños tenemos de nuestras visitas a sus orillas.
Fuente: Wikicommons. Maria Claudia.
Este río es el único de los siete que cruzan Cali que está en buen estado de conservación, especialmente por su carácter perimetral a la zona urbana. A esta altura el preocupante deterioro ambiental de la ciudad debería estar en la mira de las autoridades para, por un lado, aliviar el daño ya hecho, y por el otro, para proteger lo que está en buenas condiciones. Si bien parece que desde sectores de la sociedad civil la consternación es creciente, desde el Estado no se hace eco y, como es tradición, se muestra desconectado de la ciudadanía y poco capaz de responsabilizarse del patrimonio público natural. El comodato del Parque de la Salud recién otorgado a la Fundación Ecológica Ambiental Pacha Mama es evidencia de ello.

La propuesta administrativa con que se le otorgó el cuidado del parque a dicha Fundación es irresponsable porque no se compadece con el alto valor de lo que se le entrega. Consta de una sola página con nueve puntos en que el representante legal, Norberto Raigosa Rodríguez, se compromete de un modo casi infantil al cuidado del parque, la capacitación de los trabajadores y a la educación ambiental de los visitantes, a la recuperación de sus instalaciones y a la administración honesta de sus rentas. La propuesta no es más que una carta al Niño Dios. Inexplicablemente, los funcionarios departamentales le dieron el sí a esta desfachatez.

¿Por qué es tan escandalosa la propuesta? Porque no presenta un plan de acción, no propone medidas concretas ni indicadores de desempeño. No dice cómo hará lo que propone ni el dinero necesario para ello. En fin, como no se compromete a nada específico, no se pueden medir sus resultados. Raigosa Rodríguez le prometió cariñosamente a los caleños que se portará bien con su río Pance y en su inmensa generosidad la Gobernación se lo entregó.

El comodato sería por cinco años, cinco años de improvisación y entrega al garete de un espacio que necesita máxima protección y políticas serias. Años en que “el más importante lugar de recreación masiva y popular de la ciudad”2 estará sin compromisos de gestión. Se le ha dado un trato de poca cosa.

Los responsables de esta decisión pública no responden a los intereses de la comunidad y su actuación es una muestra de indolencia sustantiva o de incapacidad intelectual. Por su parte, la propuesta de la Fundación Pacha Mama arroja un oscuro manto de duda sobre su idoneidad para administrar las 61 hectáreas del parque.


Fuentes:

1Redacción El País (2014, 18 de octubre) ¿Un favor político detrás del polémico contrato sobre el Parque de la Salud en Pance? Diario El País. Recuperado el 18 de octubre de 2014 de http://www.elpais.com.co/elpais/cali/noticias/favor-politico-detras-polemico-contrato-sobre-ecoparque-salud-pance

2Martinez Toro, Pedro (2007) Ocupación del territorio y desarrollo sostenible. Santiago de Cali: Universidad del Valle. Pg. 4. Recuperado el 18 de octubre de 2014 de http://bibliotecadigital.univalle.edu.co/bitstream/10893/1115/1/Prospectiva%2012,p.80-93,2007.pdf

jueves, 25 de septiembre de 2014

La increíble y triste historia de la Cándida Eréndira y de su abuela desalmada. Una reseña.

Este libro es una colección de seis cuentos y una nouvelle –o novela corta– escritos durante la etapa de madurez del autor. Los textos están fechados entre 1961 y 1972, período en el que García Márquez ya residía principalmente en México y durante el que escribió Cien Años de Soledad (1967).
La disposición de los cuentos no responde a la cronología de su creación y superficialmente no se encuentra una razón sustancial de tal decisión, de modo que se considera aleatorio su orden si bien la
nouvelle, por su mayor extensión, funge como cierre de la compilación.
Un señor muy viejo con unas alas enormes (1968) trata de la aparición de un hombre viejo y harapiento con unas alas enormes como de gallinazo en el patio de la casa de Pelayo y Elisenda. Frente a la convulsión del pueblo y la noticia en la región, el matrimonio decide cobrar entrada por verlo pero pronto la indiferencia helada del fenómeno ahuyentará a los clientes.
El mar del tiempo perdido (1961) presenta una sucesión de acontecimientos trágicos producto de un olor a rosas que una noche llega del mar a un miserable pueblo casi abandonado. La novedad atrae a tantos curiosos que no es posible caminar por las calles, también inundadas por una tromba de feriantes. Entre los visitantes llega el hombre más rico del mundo quien, a cambio de lo mejor que cada uno sepa hacer, ofrece la solución a los problemas de sus vidas. El viejo Jacob, tras la muerte de su esposa y queriendo largarse del pueblo, termina perdiéndolo todo menos el honor; y Tobías, tras un inesperado viaje submarino, encuentra la fuente del misterioso aroma.
El ahogado más hermoso del mundo (1968) muestra cómo bulle la imaginación de las mujeres ante la brasa de la belleza heroica de un muerto que llega arrastrado por el mar a la playa del pueblo. Mientras los hombres salen en búsqueda de los familiares para devolver el cuerpo, ellas arman una parafernalia funeraria exagerada, le dan un nombre e inventan la historia de su vida. Al final, los mismos hombres son arrastrados por el delirio femenino.
Muerte constante más allá del amor (1970) es un relato ocurrido en medio de la campaña electoral de un senador por el desierto desolado y sus pueblos moribundos. En medio del teatro político y habiéndosele anunciado la muerte anticipadamente le concede un favor a un asesino a cambio de la compañía de su hermosa hija, decisión que resulta en escándalo público. Cumplida la profecía, muere enamorado de ella rabiando por no tenerla más.
El último viaje del buque fantasma (1968) merece una mención especial por cuanto es un experimento de escribir sin puntos torciéndole el pescuezo a un narrador omnisciente en tercera persona. Su lectura es pedregosa, las argucias del autor no alcanzan para no sentir una marcha forzada del cuento. Trata de un hombre que es golpeado por los vecinos del pueblo debido al bullicio que arma una noche por la aparición de un buque enorme que naufraga en la bahía de Cartagena. El problema es que sólo él lo puede ver. Después de rumiar su rencor y de intentar ser convencido por su madre de lo inverosímil de su historia, decide embarcarse en secreto hacia la bahía y esperar ahí al buque. En medio del mar el desenlace resulta inesperado.
Blacamán el bueno, vendedor de milagros (1968) se acerca a la vida trashumante, esotérica y
arruinada de Blacamán, inventor acaecido en estafador de feria y charlatán, y de su acompañante, la víctima protagonista que por su cara de bobo es comprado por él para que adivine el futuro. Dadas sus limitadas capacidades proféticas, su dueño le tortura cruelmente, lo que misteriosamente le otorga poderes especiales para la curación y la reparación del cuerpo humano, así como para la venganza.
Por último, el libro cierra con La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada (1972), nouvelle ocurrida en medio del desierto al que una niña y su abuela se ven abocadas después de que la pequeña incendiase por error la mansión en que vivían. Tras ser casi esclava de servicio doméstico de la abuela, Eréndira pasa a ser prostituida por ésta con el fin de pagar la abultada deuda que contrajo por la catástrofe. Ambas se hacen itinerantes por una región en que la fama de los servicios sexuales de la nieta las precede y enriquece. Un enamorado joven se aventura a salvar a la niña pero algo le sale mal.
Cada uno de los relatos brevemente reseñados es una pieza más del universo macondiano, con el que se articulan en el espacio y el tiempo, así como en figuras literarias y situaciones recurrentes. Por su brevedad y fidelidad a la calidad narrativa del colombiano, esta compilación es una buena puerta de entrada a la exploración y goce de su obra.






jueves, 18 de septiembre de 2014

Los peajes internos: parte de una solución

Durante estos últimos días se ha levantado polémica por la propuesta dentro del marco de la discusión del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) en el Concejo de la implementación de peajes en el área urbana de Santiago de Cali. Si bien es cierto que poner mayores cargas impositivas a los caleños en la actualidad es inviable dado el pago de las Megaobras y el ajuste del impuesto predial del año corriente, en el futuro los peajes internos podrían ser una herramienta de descongestión de áreas críticas para la movilidad urbana.
La tendencia del crecimiento del parque automotor en la ciudad es impresionante. Entre 2008 y 2012 pasó de haber 357.000 vehículos, incluidas motocicletas, a 468.000, para un incremento de 31%1. Con esta información hagamos un supuesto conservador y digamos que el incremento cada 4 años no será del 31% como entre 2008 y 2012 sino de 20%. Para 2020, la malla vial de Santiago de Cali tendría que movilizar 656.000 vehículos, 187.000 más que hoy. Esta cifra puede duplicar a la cantidad de automotores que en la actualidad la política de Pico y Placa retira de las calles en las horas de alta congestión.

Uso del espacio de transporte
Fuente: http://monitorurbano.files.wordpress.com/2010/08/analisis-de-transporte1.jpg

Sin embargo, la capacidad del Municipio de construir nuevas vías es limitada y está muy restringida al espacio disponible. ¿Los caleños tenemos capacidad de costear con nuestros impuestos la construcción de nuevas autopistas y puentes vehiculares? ¿Sería eficiente invertir en ello en vez de apostar a un transporte público masivo y multimodal?2 En el escenario de un 2020 con 187.000 vehículos más y las vías actuales, los tiempos de desplazamiento en la ciudad serían probablemente menores en bicicleta que en automóvil como ya empieza a serlo, por ejemplo, en algunos recorridos en Bogotá.
Los peajes urbanos son muy eficientes para descongestionar zonas de alta afluencia de población y hacen que quien valore más moverse en automóvil pague por las repercusiones negativas que ello tiene para la ciudad, subsidiando a quienes se transportan de otro modo. Pero, sobre todo, solamente pueden ser implementados cuando la ciudadanía tenga acceso a un sistema de transporte eficiente y puntual, puesto que la movilidad es un derecho y no puede ser coartada con una barrera impositiva si no se ofrecen opción alternativas.
Nuestras ciudades están enfrentando unas limitaciones urbanísticas que requieren de las personas un cambio de mentalidad que es difícil de hacer, en el que el vehículo particular debe dejar de ser visto como una solución total a la movilidad individual para convertirse en un factor de afectación de la movilidad colectiva.

Fuentes: 

1Información obtenida de la ponencia del concejal Fernando Tamayo Ovalle No. 4152.0.13.402. Obtenida de: http://goo.gl/wDnqmR

2En la Capital, el 10% de los viajes diarios se hacen en automóvil particular, pero estos suman el 92% del parque automotor. El transporte público carga el 30% de los viajes y suma el 8% del parque automotor. Fuente: Informe de Indicadores: Encuesta de Movilidad de Bogotá 2011 y Movilidad en Cifras 2011, ambos de la Secretaría de Movilidad.   

jueves, 22 de mayo de 2014

Publicidad presidencial

El primer debate presidencial en Colombia, a escasos cuatro días de las elecciones de primera vuelta, no fue un espacio de encuentro de propuestas y diálogo sino de acusaciones cruzadas azuzadas por las dudosas actuaciones de algunas de las campañas en disputa.
Lastimosamente una vez más el modelo televisivo convirtió el momento vital de una sociedad democrática en un show de respuestas rápidas en el que a los presidenciables les resultaba más rentable tocar los puntos débiles de los otros que exponer las fortalezas propias. El minuto para cada intervención, o los treinta segundos de réplica, no fueron suficientes para una exposición siquiera superficial de lineamientos programáticos. Cuando no cabía lugar al ataque, la demagogia clásica fue regla. ¿Cómo puede alguien exponer una idea de gobierno en un minuto y que no sea calificada de populista su intervención?

La estructura de debate utilizado se asienta en un modelo publicitario de política en que lo importante es la sensación que se deja en el televidente. Agradar al público es la meta porque ese tipo de televisión necesita el espectáculo para facturar. En este orden de ideas, podría arriesgarme a decir que no es extraña la apatía que una contienda electoral basada en el entretenimiento y la publicidad produce en el electorado. Ni Zuluaga ni Ramirez enganchan más que El Patrón del mal. Santos o López no tienen el punch que las publicidades de Coca Cola. Es decir, la democracia no funciona si la venden como entretenimiento. Más bien, no funciona cuando la venden. Ver la campaña electoral es sentarse a ver una novela criolla con protagonistas feos que no se aprendieron el guión.

Es importante identificar el problema de la comunicación social en el país como la ausencia de un espacio público de debate y reconocimiento de lo propio en lo ajeno, como lugar de encuentro e intercambio simbólico que esté guiado por una agenda de país. En una sociedad tan televisiva como la nuestra y con tan poco recurso a la lectura, en la que los discursos tienden a ser lineales y de una sola vía, tal como el medio audiovisual lo determina por costos y naturaleza, una mayor pluralidad de canales de transmisión de la mano de mayor regulación a los existentes podría contribuir a dejar de ser esta patética democracia de papel.

domingo, 11 de mayo de 2014

El queso y los gusanos

El queso y los gusanos es un texto perteneciente a una escuela historiográfica denominada Microhistoria aparecida en la década de los 60's. Esta obra, del italiano Carlo Ginzburg (1939), es el primer trabajo de resonancia internacional que tuvo esta corriente. Publicado en 1976 con el título italiano original de Il formaggio e i vermi, reconstruye el juicio por herejía que el molinero italiano Menocchio enfrentó y a raíz del que años después fue condenado a muerte.

El libro se divide en 62 capítulos que indagan por la vida, cosmovisión e influencias de este molinero alfabetizado del siglo XVI, así como por su contexto familiar, social y político, enmarcado en la región circundante de Pordenone, al noreste de Italia.

El fino trabajo de reconstrucción de la vida del molinero permite conocer detalles como los libros que poseía, sus finanzas, la relación con su esposa e hijos y hasta la dieta diaria, que puestos en conjunto con la evidencia sobre la vida comunitaria de la época pretenden, siguiendo el discurso microhistórico, dar respuesta a grandes preguntas por medio del estudio de singularidades. De este modo, se abstrae de ser considerado un mero estudio de caso.

El queso y los gusanos es un libro interesante enfocado a un público que esté interesado en la sociología, la antropología o la historia del temprano período renacentista rural, así como en la operación de la Inquisición como institución de control ideológico. Además, por la profundidad con que aborda el objeto de estudio puede aportar información valiosa para la investigación económica o política.

sábado, 26 de abril de 2014

El Realismo de Gabo

Gabriel García Márquez es reconocido como el genio que con sus cuentos y novelas pudo abrirse una parcela en la tradición literaria universal, en un género llamado Realismo Mágico. Este surgió en el corazón del siglo XX en una América Latina que respiró brevemente libre del control atento de las potencias industrializadas ocupadas en su reconstrucción después de la alteración del orden mundial provocada por las dos guerras y la Gran Depresión entre ellas. La industrialización dirigida por el Estado, como se denomina a esta etapa, trajo consigo el período de mayor crecimiento sostenido de la historia del subcontinente –5,5% anual entre 1945 y 1980 (1)– acompañado de un boom demográfico general que en el caso colombiano fue de una tasa de incremento poblacional anual de 2,7% entre 1950-1980, país que al iniciar el período tenía concentrados al 24,5% de sus habitantes en las ciudades pero que al terminarlo esa cifra subió a 64,3% (2).

García Márquez nació en Aracataca en 1927, un muy pequeño poblado en el departamento del Magdalena, al norte de Colombia y a escasos 50 kilómetros del mar Caribe. La temperatura promedio ronda los 27º C, pero las máximas pueden alcanzar los 40º C. No presenta estaciones que den tregua al implacable calor que se ensaña contra una región plana y dilatada que inmovilizada en sudor ve pasar al Río Magdalena nacido mil quinientos kilómetros atrás en los brazos nudosos de los andes y honrado por la muerte en sí de cientos de ríos y quebradas cuyas aguas bajan precipitadas de las montañas que le flanquean durante el recorrido.
En la autobiografía Vivir para contarla (2002) el escritor hace recuento de aquello que consideró importante en su vida temprana y por medio de ello el lector puede acercarse a las raíces de su inspiración, de su particular forma de relatar. Sin embargo, solo aquellos que hemos visto y sentido el medio ambiente caribe colombiano con la intención de encontrar las causas de inspiración, digamos, más inconscientes de Gabo podemos comprender que el agua de tal fuente contiene la sustancia mágica que expelen hasta los pájaros suicidas del universo macondiano.
La extensa llanura caribeña reúne en sus márgenes picos besados por el hielo, pantanos fruto del lento encuentro entre el Magdalena y el Río Cauca, y selvas vírgenes que fueron capaces de tragarse a la primera ciudad fundada por españoles en tierra firme americana por allá en 1510. Fue testigo de la desquicia conquistadora, la tristeza indígena y el sufrimiento africano; matriz de la mezcolanza genética, campo de experimentos de la condición humana. La fertilidad de los campos vio a miles de sus hijos aguantar hambre cruzados de brazos por derechos de propiedad coloniales para después volverlos materia prima del cultivo de banano, cuyo precio internacional se duplicó en los años 20's y se mantuvo muy provechoso hasta pasada la Segunda Guerra (3). De entre todas las razas, religiones, lenguajes, dialectos y condiciones sociales deviene la sociedad costeña, los "costeños", como se les dice en el país, y en medio de esa sociedad pintoresca, tan lacerada como feliz, un niño humorista y dibujante que después quiso y no fue abogado sino periodista devenido en escritor por la inevitabilidad de lo que algunos son llamados a ser terminó muerto en un palacete de la capital mexicana ostentando el máximo título a que alguien de su oficio puede aspirar.
El mundo en la obra del Nobel está compuesto en primer lugar por un ambiente de calor extenuante y mordaz, muy parecido a aquel de los ranchos de teja de cinc que abundan en el lugar, habitado por personajes cuyas acciones responden a morales distorsionadas, siendo que cada quien se aproxima a ser una isla de supersticiones contrapuestas e intereses radicales movidos por el orgullo, el placer o el capricho. Es decir, cada tanto aparecen personajes más bien autocontenidos, unos que dejan pasar la vida tirados en un chinchorro contando estrellas o aguardando a que el mar vuelva a traer consigo el olor a rosas del marzo anterior y poder demostrar a sus vecinos que no está loco, otros que ya viejos y enfermos se deciden por travesías y campañas heroicas; los demás, en el medio, en un microcosmos propio de fines escasísimos o recursos sin límite. En segundo lugar, por un tiempo oceánico, caprichoso, medido ya sea por la voracidad de las polillas, las generaciones familiares o la llegada de las maravillas del mundo de manos de los gitanos. Fundamental en su obra cúspide, Cien Años de Soledad (1967), es la sensación de que la juventud del universo acarrea consigo magia e ingenuidad que poco a poco se van reposando y sobre las que de tanto asentarse lo mundano terminan en el rincón aislado y polvoriento que es el antiguo laboratorio y biblioteca de Melquíades. Lo sobrenatural es reemplazado por lo disparatado y convertido en mito para después reaparecer y cerrarse el ciclo. En particular, a lo que se apunta es a expresar la sensación de que en su obra general es posible sentir el tiempo como viendo pasar frente a sí un ferrocarril a todo vapor o estando sentado en una sórdida y ruinosa estación mirando al espacio por el que pareciera que hace siglos pasó el último tren arañando de nostalgia las cenizas del recuerdo.
La pobreza es el estado natural macondiano. Está rodeada de aridez pero también de un mar que abre resquicios de vida y sobre el que navegan transatlánticos y acorazados más grandes que pueblos enteros, igual de fascinantes que las carabelas de Colón aquel 12 de octubre. La vida sucede en una condición de recogimiento sin salida contrastada con la riqueza despiadada, la posesión total e irresponsable merced de una vuelta del destino, como en Blacamán el bueno, vendedor de milagros (1968) o de Aureliano Segundo, u otorgada por el derecho feudal hereditario de la Mamá Grande. La historia económica de la región caribe no es ajena a esta organización social. La distribución tanto de la riqueza como de la renta ha sido muy inequitativa, condición impulsada por el desmantelamiento de la propiedad colectiva nativa y la encomienda española, que favorecieron el latifundio, así como por instituciones de índole extractivista que protegen y expandieron los privilegios de una minoría. Quienes a fuerza de trabajo o fuego, o de ambos en muchos casos, escalaron la pirámide social padecen una amnesia tropical razón de la que resulta un desprecio fresco y virginal por la clase social menos favorecidos de que provienen, como le sucede a la abuela de Eréndira.
El Estado es una caricatura, un militar analfabeta, el huérfano de los próceres y la puta del caserío; autoridad emanada de políticos feriantes que recorren el desierto con banda musical e indios alquilados para el bullicio debajo del que se negocia la torta anoréxica del nepotismo. Lo mágico de todo esto es que alguien lo haya gritado al mundo entero y haya sido suficiente el exilio para salvar su vida. En el país la democracia funciona así.
La muerte de García Márquez habrá de renovar el impulso por acercarse a su obra. En las librerías montevideanas se ha hecho habitual por estos días la venta diaria de algunos ejemplares y ha sido grato descubrir el reconocimiento del público por su literatura, condición oculta para aquellos que no han tenido la oportunidad de salir del país y motivo personal de satisfacción. Quizá también sirva para que el altamente mediatizado colombiano promedio agarre alguna de sus novelas o cuentos y los lea acosado por los golpes de la curiosidad que la tromba noticiosa le influya.
En este texto se pretendió sobre todo que el lector de Gabo tenga noción del peso que la palabra Realismo tiene sobre la descripción del universo macondiano y, como no decirlo, hacer el debido homenaje dentro de las capacidades y los medios a disposición a ese hombre que hace del alma una cometa llevada al cielo por mariposas amarillas.

Referencias:

(1) Bértola, L. y Ocampo, J. A. (2012) Una historia económica de América Latina desde la Independencia. Desarrollo, vaivenes y desigualdad. Secretaría General Iberoamericana: Madrid. Pg. 189.
(2) Ibíd. Pg. 195.
(3) Bértola, L. y Gerchunoff, P. (2011) Institucionalidad y desarrollo económico en América Latina. CEPAL: Santiago de Chile. Pg. 205.

lunes, 14 de abril de 2014

Hacienda Cañasgordas

La Hacienda Cañasgordas es ícono cultural, arquitectónico y monumento histórico vallecaucano. Fue hogar de los últimos Alférez Reales o representantes del Rey que ostentaron el título en la región.
En esta ocasión se me ocurrió investigar sobre su tamaño y sobreponer el mapa de la Hacienda del siglo XVIII con el del municipio en la actualidad. Notable resultado es que la propiedad excedía el tamaño de la zona urbana contemporánea, ocupaba un riquísimo territorio con abundantes fuentes hídricas y probablemente tres pisos térmicos.
Desde una perspectiva de Historia Económica y Social no puede dejar de notarse que este hecho obedece a un patrón continental de alta concentración de la propiedad de la tierra en que la explotación ganadera de baja intensidad junto con actividades de siembra extensiva, en este caso particular ligadas a la caña de azúcar y a sus procesos artesanales posteriores en trapiche.
Cañasgordas tenía una copiosa población esclava dedicada a la faena agrícola.


 

martes, 21 de enero de 2014

La Resistencia (2000) – Ernesto Sábato

Ernesto Sábato escribió La Resistencia de noche, en veraniegos insomnios, empujado por una incomodidad mayor que el vaho de la humedad pampeana. Nació en 1911 en el pequeño Rojas. Para entonces lo habrá sido mucho más aun, como el mundo mismo. Presenció la transformación más acelerada no catastrófica que el ser humano, y me arriesgo a incluir a sus antepasados homínidos, ha sufrido.
La técnica hizo su trono en los brazos del método científico moderno. Sus triunfos se sucedieron uno tras otro, oleaje estremecedor, maremoto que erigió, primero, a la máquina de hierro y vapor, después a la máquina de plástico, aluminio y electricidad, para finalizar en la máquina biológica resultado de la tecnología genética. El hombre perdió el paraíso pero no pertenece al mundo animal. El hombre, un huérfano queriendo ser dios.
Orfandad, orfandad de lo natural, de lo metafísico, de lo místico y de su propia condición humana. La máquina pasó de ser un medio de producción a un modo de vida. Sábato indica que en la sociedad contemporánea no hay mucho lugar para el ser humano. Amar, contemplar, indagar, descansar o compartir, nuestra simple humanidad barrida a los rincones de las sobras de tiempo que las necesidades de producir y consumir permiten. ¿Puede darse fruto en el vértigo de la línea de producción? ¿Son sus resultados verdaderos frutos? ¿Qué se está alimentando en la cotidianidad? Él responde: a una civilización decadente, a una cultura autodestructiva y falsa. Al ocaso, dice, de un modo de vida insostenible en medio de una sociedad de muros y de pantallas que construyen ídolos y valores.
Queda La Resistencia. Proteger la luz de una vela en medio del vendaval. La luz del encontrarse con el otro, del retorno al sabio tiempo de la naturaleza... la luz de no erigir al objeto como fin.
Lectura conmovedora de un hombre que nos recuerda de dónde venimos y con la distancia prudente para hacer una radiografía como en sus tiempos, a luz de vela.