Durante estos
últimos días se ha levantado polémica por la propuesta dentro del
marco de la discusión del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) en
el Concejo de la implementación de peajes en el área urbana de
Santiago de Cali. Si bien es cierto que poner mayores cargas
impositivas a los caleños en la actualidad es inviable dado el pago
de las Megaobras y el ajuste del impuesto predial del año corriente,
en el futuro los peajes internos podrían ser una herramienta de
descongestión de áreas críticas para la movilidad urbana.
La tendencia del
crecimiento del parque automotor en la ciudad es impresionante. Entre
2008 y 2012 pasó de haber 357.000 vehículos, incluidas
motocicletas, a 468.000, para un incremento de 31%1.
Con esta información hagamos un supuesto conservador y digamos que
el incremento cada 4 años no será del 31% como entre 2008 y 2012
sino de 20%. Para 2020, la malla vial de Santiago de Cali tendría
que movilizar 656.000 vehículos, 187.000 más que hoy. Esta cifra
puede duplicar a la cantidad de automotores que en la actualidad la
política de Pico y Placa retira de las calles en las horas de alta
congestión.
Fuente: http://monitorurbano.files.wordpress.com/2010/08/analisis-de-transporte1.jpg |
Sin embargo, la capacidad del Municipio de construir nuevas vías es limitada y está muy restringida al espacio disponible. ¿Los caleños tenemos capacidad de costear con nuestros impuestos la construcción de nuevas autopistas y puentes vehiculares? ¿Sería eficiente invertir en ello en vez de apostar a un transporte público masivo y multimodal?2 En el escenario de un 2020 con 187.000 vehículos más y las vías actuales, los tiempos de desplazamiento en la ciudad serían probablemente menores en bicicleta que en automóvil como ya empieza a serlo, por ejemplo, en algunos recorridos en Bogotá.
Los peajes urbanos
son muy eficientes para descongestionar zonas de alta afluencia de
población y hacen que quien valore más moverse en automóvil pague
por las repercusiones negativas que ello tiene para la ciudad,
subsidiando a quienes se transportan de otro modo. Pero, sobre todo,
solamente pueden ser implementados cuando la ciudadanía tenga acceso
a un sistema de transporte eficiente y puntual, puesto que la
movilidad es un derecho y no puede ser coartada con una barrera
impositiva si no se ofrecen opción alternativas.
Nuestras ciudades
están enfrentando unas limitaciones urbanísticas que requieren de
las personas un cambio de mentalidad que es difícil de hacer, en el
que el vehículo particular debe dejar de ser visto como una solución
total a la movilidad individual para convertirse en un factor de
afectación de la movilidad colectiva.
Fuentes:
1Información
obtenida de la ponencia del concejal Fernando Tamayo Ovalle No.
4152.0.13.402. Obtenida de: http://goo.gl/wDnqmR
2En
la Capital, el 10% de los viajes diarios se hacen en automóvil
particular, pero estos suman el 92% del parque automotor. El
transporte público carga el 30% de los viajes y suma el 8% del
parque automotor. Fuente: Informe de Indicadores: Encuesta de
Movilidad de Bogotá 2011 y Movilidad en Cifras 2011, ambos de la
Secretaría de Movilidad.
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