¡Atención! Este espacio es experimental, un taller de escritura. Aquí publico reflexiones, pensamientos, reseñas y demás.
Espero que leerlo le incite a formarse una opinión, antojarse de un libro o simplemente le haga pasar un momento agradable.

sábado, 27 de agosto de 2011

Educación con ánimo de lucro

El tema de la educación en Colombia está candente. El gobierno de Juan Manuel Santos propuso reformar la ley de educación superior y sus ideas no fueron bien recibidas por las universidades.

El mayor problema de la educación superior en el país es la dificultad de acceder a ella. Debes tener dinero para pagar una matrícula sustanciosa o haber recibido una formación primaria lo suficientemente buena para hacerte a un cupo en una pública.

Tomado de Opanoticias.com

Una vez superada la barrera de accesibilidad, los estudiantes se encuentran con niveles de calidad bajos, especialmente en las universidades privadas, o con instituciones educativas de garaje que prometen una formación para el trabajo que no pueden brindar.

Para paliar la cuestión de la accesibilidad, el gobierno propuso la legalización de las universidades con ánimo de lucro. Estas son centros educativos cuyo objetivo es la obtención de ganancias para sus inversionistas por encima de cualquier otra consideración. Así, la educación entraría a jugar en la dinámica de mercado y su naturaleza cambiaría definitivamente a la de ser un bien, cuando, considero, su acceso debe ser un derecho fundamental.

La universidad con ánimo de lucro no se interesa por la investigación, la oferta de carreras en humanidades o ciencias sociales, la formación integral de los estudiantes o la calidad de la planta docente. Como toda empresa, busca reducir al máximo los costos operacionales para que las cifras al final del año sean lo más jugosas posible para sus dueños.

El modelo de transporte urbano en Colombia es un desastre. Busetas carentes de mantenimiento, manejadas por personas en unas condiciones laborales paupérrimas, ruedan desordenadamente por las ciudades. Los usuarios son sometidos al sobrecupo y al abuso de los conductores, cuando no de los ladrones. Su presencia en las calles es sinónimo de contaminación, tanto del aire - la más preocupante - como auditiva.

Tomado de eldictamen86.blogspot.com

Hubo un momento en que el Estado tuvo que decidir su política de movilidad. Por un lado, estaba la opción de hacer inversión en infraestructura y establecer sistemas de transporte decentes que requerían de voluntad política, planeación y capacidad administrativa para implementarse. Por el otro, la vía fácil, era dejar el asunto en manos de privados, no hacer inversión alguna y limitarse a ejercer un control leve del servicio, especialmente en cuanto a rutas. Aquí se eligió la segunda opción. La ley de mercado y la libre competencia convirtió a las vías del país en zonas de batalla - la guerra del centavo- y a los usuarios en carne de cañón.

En la actualidad, la política educativa se encuentra en la misma disyuntiva. O el Estado asume su responsabilidad haciendo inversión en nueva infraestructura, mantiene entre sus manos las riendas del sistema y asegura que los recursos destinados a los colegios y universidades no sean robados, o deja en manos de privados el único instrumento que tiene el país para salir de la pobreza, la desigualdad y la ignorancia, haciendo de ello un hervidero de intereses económicos sin mayor control.

¿Qué queremos? ¿El metro de la educación como un derecho, protegida, controlada y subsidiada por el Estado, o la buseta infame de la educación como un bien, controlada por juntas directivas, protegida de las pérdidas económicas y subsidiada por los estudiantes?

Yo prefiero el metro. Pero claro, como los hijos del presidente y de los congresistas estudian en el exterior, a ellos les queda más fácil lo de la buseta.
Tomado de movinfo.wordpress.com